La mayoría de mujeres profesionales todavía no ocupa puestos de decisión

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Los expertos coincidieron en que el mayor acceso laboral para la mujer debe comenzar a darse desde la universidad, donde todavía se observa que los cargos de mayor decisión están ocupados mayoritariamente por hombres. Esta situación se repite en las entidades estatales.

Como parte del panel “Igualdad de género”, que se realizó en el marco de la IV Conferencia Académica “Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS): Balance y perspectivas al 2030”, reconocidos expertos del Consorcio de Universidades difundieron sus recientes investigaciones enfocadas a cumplir con el objetivo que busca lograr la igualdad entre los géneros y empoderar a todas las mujeres y las niñas.

Estuvieron a cargo del panel los especialistas Patricia Ruiz-Bravo López, por la Pontificia Universidad Católica del Perú, Angélica Motta Ochoa, por la Universidad Peruana Cayetano Heredia, Erika Busse Cárdenas, por la Universidad del Pacífico, e Iris Jave Pinedo, por la Universidad de Lima, quienes explicaron que, si bien el empoderamiento de las mujeres en la política se incrementó en los últimos años y esto se puede ver desde distintos enfoques, por ejemplo, se ha ido incrementando y cambiando el tema de la cuota electoral gracias a los movimientos feministas, entre otros, todavía los estudios demuestran que hay deficiencias en la representación de las mujeres. “Si miramos el Congreso de la República, del año 1995 al 2000, el número de mujeres elegidas alcanzó el 11%; del 2001 al 2006, el 18%; del 2006 al 2011, el 28%; y del 2011 al 2016, el 22%; y este último Congreso tiene una representación de 27%”, destacó Iris Jave, puntualizando que los cargos a los que postulan estas mujeres mayormente se producen en los cargos de regidoras porque es más accesible ya que las mujeres son llamadas a completar las cuotas de género de las listas y, además, porque se desconocen las funciones de una regidora y se piensa que puede tener un poco de decisión, pero es un cargo de consejería, no de decisión. En lo cargos de decisión la representación de mujeres es muy escasa.

La violencia contra la mujer es otro campo de investigación de mucha importancia y se tiene información al respecto, pero no se tiene acceso a la data, señaló Patricia Ruiz-Bravo. “Ya hay data de cómo afecta la violencia en el trabajo y los costos que tiene. También hay estudios sobre la violencia en la política, por qué las mujeres no quieren ser reelegidas en política, porque son violentadas: acosadas, amedrentadas, etc.”. Aclaró también que, si bien la cadena de la explotación se da mucho en las empresas informales, el problema es que las formales subcontratan a las informales y esta cadena de violencia contra la mujer continua “Todavía el índice de desigualdad de género está en 0.4333%, estamos en el puesto 7 de 16 países”. Para hacer frente a la desigualdad, las mujeres deben tener voz en todos los campos y contar con un ingreso propio, esto es clave para la autonomía de la mujer y aquí todavía hay una brecha muy alta. Para reducir esta brecha, podemos comenzar con las universidades, que no son espacios meritocráticos porque se puede ver que, por ejemplo, en una facultad de Derecho hay 50% de hombres y 50% de mujeres, pero de profesores principales, solo el 10 o 12% son mujeres, y ni hablar de los otros puestos decisores. Esto muestra que, conforme la mujer avanza profesionalmente la mujer, esta tiene menos participación en el mercado laboral, enfatizó.

En tanto, Erika Busse, afirmó que para reducir las brechas de género, es importante investigar el tema de la migración, ya que el 10% de la población peruana está fuera del país y, de este total, el 52% son mujeres. Además, el 91%, que está entre los 15 y 49 años, sale a trabajar, y el 44% de estos migrantes manda remesas al Perú. Es necesario conocer más de las mujeres que salen del país por el estigma social (madres solteras, viudas, etc.), lo cual les dificultaba la inserción económica en el Perú. Otro tema importante es el de la consolidación de las relaciones más tradicionales, ya que se les ve a las mujeres como las portadoras de los valores de los hijos y de la cultura. “Este rol de las mujeres como contadoras de las tradiciones culturales y domésticas es muy fuerte. Las mujeres siguen pensando que lo que pasa dentro de la casa es más importante que la política o que otras relaciones”, dijo.

Angélica Motta, por su parte, tocó el tema de las mujeres trans, mencionando que conocer más sobre este grupo es un reto para el logro de la equidad de género, ya que “su ubicación simbólica en este género los coloca en un contexto de vulnerabilidad”. Hay 23 mil mujeres trans en Lima, con una prevalencia de 30% de VIH y 23% de sífilis, la mayoría no tiene un seguro de salud por un conflicto con su DNI y el 50% abandonó sus estudios en secundaria, comentó la especialista. “No tenemos datos de esperanza de vida en el Perú, pero un estudio de Latinoamérica dice que el 80% no pasa de los 35 años. Es un grupo bastante invisible”. Necesitamos reducir sus barreras de acceso.

En ese sentido, explicaron que preguntarnos cómo se desarrollan las mujeres en otros espacios: universitarios, laborales, etc.; por qué la mujer siente que descuida otros espacios privados, cuando debería ser algo compartido; cuáles son las desventajas en las que se encuentra la mujer a nivel laboral; hay riesgo de que se victimice a la población LGTBI y se crea que no puede desarrollar otras opciones en la vida; cómo los hombres se acercan al tema de género, cómo se reconocen en estas relaciones; cuáles son los prejuicios respecto al rol de las niñas en la trata de personas; por qué la mujer pasa más horas atendiendo las labores domésticas que los hombres; cómo se desenvuelven las mujeres amazónicas en todos los ámbitos; si la posibilidad de migrar te permite mostrar tu femeneidad o masculinidad de otra manera, o redefinir lo que es ser mujer o ser hombre; cómo se enfrentará el país la realidad de que vamos a tener niños y niñas con dos o tres nacionalidades; qué está pasando con las redes de soporte de la población trans; cómo son los procesos de la adolescencia y la niñez trans; cuál es el punto de vista de los agresores de estos grupos; y por qué el apoyo a este grupo recién viene cuando ya murieron, son algunas de las líneas de investigación que aún nos falta conocer más para cumplir con el objetivo de desarrollo sostenible “Igualdad de género”.

Retos del Consorcio

Los expertos señalaron también que el Consorcio de Universidades tiene muchos retos en la actualidad y de cara al 2030. “La universidad debe propiciar estos espacios de diálogo, y permitir un intercambio con las universidades y los gobiernos regionales”, dijo Iris Jave. Es importante vincular a los actores locales con las investigaciones, porque las comunidades no trabajan solas con las universidades por un tema de diálogos, ellas prefieren la presencia de los gobiernos regionales. Además, fortalecer a nuestros docentes y producir estas metodologías con los propios actores para construir estas relaciones de diálogo es fundamental, destacó.

Asimismo, “las autoridades del Consorcio deben comprarse este tema, que esto deje de ser un evento una vez al año, que la gente se movilice en las universidades para que se compre este tema académicamente”, señaló Patricia Ruiz-Bravo. Agregó que se debe lograr que los decanos o jefes introduzcan estos temas que son de democracia y claves para el país: cada universidad debe buscar un grupo para hacer encuentros sobre este tema con los interesados para ver cómo hacemos avanzamos, también hay que incluir cursos que aborden esta temática en mayor grado. Las tesis también son claves, podríamos hacer propuestas de las tesis en las diferentes disciplinas. “En las tesis se produce muy buen conocimiento. Recoger tesis de los noventa, por ejemplo, para tener una base de datos actualizada, le permitirá a los alumnos desarrollar estos temas y contar con información al respecto”.

Otro reto importante es el papel de los docentes en la universidad: “la docencia es fundamental, debemos cambiar desde la universidad, ser mentores. Esto es fundamental”, subrayó Erika Busse. Además, remarcó que es necesario crear bases de datos entre las universidades y también con otros grupos, como Sofía, que está integrado por mujeres, y que el trabajo interdisciplinario entre profesores y universidades es muy necesario.

Finalmente, Angélica Motta coincidió en que el rol principal del Consorcio es crear sinergias para un trabajo conjunto, e incentivar que las investigaciones sean multidisciplinarias. “Aún hay muchos prejuicios en temas de género y este tipo de intercambios, llegando a otros públicos de los que habitualmente nos escuchan, es muy importante”. Dijo también que otro reto sería que la educación virtual esté a disposición de los alumnos del Consorcio, es decir, tener un espacio donde esté más centralizada esta oferta de las universidades del Consorcio para que sea más fácil de acceder y realista.

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